Dices que huyes del silencio,
necesitas ruido para poder estar tranquilo;
ya no puedes permitirte el placer
de escuchar tu respiración,
de sentir tu pulsación,
de oír la brisa de primavera.
Dices que huyes del silencio,
yaces en la cama con tu compañera
y en vez de preguntarle cómo fue su día,
prendes la tele y miras el techo,
te ríes con las desgracias ajenas
y no eres capaz de mirar tu propia miseria.
Dices que huyes del silencio,
lo que callan tus hijos te debería importar,
pero te preocupas más de los números
que salen en el diario,
a ver si el bolsillo salvará
las flores que estás dejando marchitar.
Dices que huyes del silencio,
te aterra estar solo y ponerte a preguntar,
poner en una balanza las cosas que estás viviendo,
dejar atrás la venda conformista de tus ojos
y ponerse a admirar la cruda realidad.
Unos escriben en los muros de la ciudad
que prisioneros somos todos, prisionero eres tú;
yo también me creo dueño de una verdad,
prisionero es quien no usa sus alas para volar,
quien se ata a la tierra por no saber probar.
Dices huir del silencio,
te pasas evadiendo de los espejos,
corres para evitar mirarte,
añoras que haya un otro que te detenga
y te dé aquello que no sabes darte.
¿Quieres dejar de ser un prisionero?
¿Quieres sentirte libre y dejar de creer
que la felicidad tiene una receta secreta?
Mírate a un espejo, ¿qué es lo que ves?
Mira tus ojos, ¿qué es lo que ves?
Mira lo que eres, mira lo que vives, mira tus sueños,
¿qué es lo que ves?
Las respuestas no están en un libro de autoayuda,
las respuestas no están en los gurús,
las respuestas no están en las charlas que dan en Las Condes,
las respuestas no están en una dieta ni una rutina de ejercicios,
las respuestas no están en un fajo de billetes bien guatón,
las respuestas no están en ser un líder y un emprendedor,
las respuestas no están en los reality shows ni en la Teletón,
las respuestas no están en el circo ni en la televisión,
las respuestas están en el espejo.
** Poema escrito en 2012 y que forma parte del libro Corte de Cinta **